domingo, 26 de setembro de 2010

Dos poemas de Murilo Mendes


CANCIÓN DEL EXILIO

En mi tierra hay manzanares de California
donde cantan gorriones de Venecia.
Los poetas de mi tierra
son negros que viven en torres de amatista,
los sargentos del ejército son monistas, cubistas,
los filósofos son polacos vendiendo a plazos.
La gente no consigue dormir
Con tantos oradores y mosquitos.
Las peleas en familia tienen a la Gioconda por testigo.
Muero sofocado
En tierra extranjera.
Nuestras flores son más bonitas
nuestras frutas más sabrosas
pero la docena cuesta cien mil reis.

Ay si yo pudiera chupar una carambola de verdad
y oír un sabiá con certificado de edad!

(Poemas, 1930 en: PCP, p. 87)


PESQUERÍA

Fue a orillas del Ipiranga,
En medio de una pesquería.
Sintiéndose mal, D. Pedro
-Había comido demasiado cuscús-
Afloja la barriguilla
Y grita, verde de rabia:
“¡O me libro de este cólico
O me muero de una vez!”
El príncipe se ha aliviado,
Sale al camino cantando:
“Ya me siento independiente.
¡Huye! ¡Vi la muerte de cerca!
Vamos a cantar un fado
Para celebrar la nueva.”
La Tuna de Coimbra aparece
Con guitarras afinadas,
Pero las mulatas mimadas
Del Club Flor del Aguacate
Entran, firmes, en el baile
Con la voz apagan el fado,
Sonriendo, levantan las piernas…
Y la colonia brasileña
Se va de juerga.

(História do Brasil, In: PCP, p. 164-165)

Traducción de IMA

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